martes, 18 de enero de 2011

A Los porteros (parte 2)


Compañeros psicólogos, debo mencionarles que debemos ser fieles a una ilustración humana, digna de explotarse, siempre en bien de la naturaleza y de la humanidad, que dejemos de ser los apostatas de los bienes que recaen en los bolsillos del mancomunado avaro que inunda los pantanos de almas fervientes, de hombres mediocres y unos cuantos ilustres entre ellos, que se ilusionan con el reparto de utilidades o la ascensión de un puesto, respectivamente.

Feudo tecnológico, así lo llamo yo, a ese régimen empresarial carcomido por una falsa revolución ideológica, que no tiene ningún otro objetivo que el de seguir subordinando incautos que socaven los deseos pueriles de estos porteros (porque no pueden llamarse necesidades, estas mismas ya fueron aplastadas), lavado cerebral que se caracteriza en la compra – venta de sueños y enemistades, ya que la amistad y la imaginación no pueden ser compradas, ni mucho menos garantizadas por una aseguradora circunscrita banal, controlada por otro portero, que a su vez recauda fondos espiritistas para otro portero que le maneja los números, estos mismos a su vez, reportan este tipo de partidarios a un portero mas grande, que creo no podría ser designado así, seguramente este es un cancerbero, si sin lugar a dudas, se llama de esta forma al que se encarga de proteger a estos porteros, se encarga de cuidarlos, protegerlos y lamerles el culo a cuesta dientes para no partirse más la lengua, ya que la tiene tan seca de tanto lubricarles el perineo.

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