Porteros de la esclavitud, siempre soslayando los dedos de aquellos que matan sus sueños dentro de unos cuantos paneles de ladrillo y arcilla (en el mejor de los casos) envuelta de lineamientos, papeles, procesos, formalidades de operaciones y banalidades de la vida, como lo puede ser un chiste de pepito. Esos mismos porteros son los que se encuentran a la vista hoy en día, suelen ponerse nombres más pulcros, hoscos, como marqueses de cabildos, que incitan a los hombres, mitigándolos dentro de un espacio laboral donde podrán desarrollar competencias, ¿competencias?, ¿Les llaman así ahora?, a una bola de pelotudeces que son características personales que ni siquiera el pobre esclavo sabe que posee…
lunes, 17 de enero de 2011
A Los porteros (parte 1)
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