martes, 14 de septiembre de 2010
Los tres años
Los tres anios son faciles de platicar, son suaves de cavilar, sencillos de respirar;
en los tres anios uno puede gestar, reaccionar, amortiguar y planear lo sucedido en un presente.
En los tres anios se va de un lado al otro, se entremezclan los aires de un polo con un hemisferio, se combinan corrientes de un atlantico caudaloso, con un pacifico salado en su albornoz.
Sin mirarlo y preguntarlo, uno se encuentra pisando rocas, nieve y levadura de trigo al pasar de esos anios, y los tres anios solo pasan sin saberlo, solo pasan sin saborear las sales de ambos mares, sin lloriquearle al viento que surca entre los ojos, sin ver lo amarilla que se ha puesto la luna en nuestro cielo, solo pasan, solo pasan...
Al pasar los tres anios, marcan un final que comenzara de nuevo, marcan una etapa de una vida, sin siquiera poner fronteras visibles a los ojos del simple mortal, se trata de perspectivas, esas mismas que los tres anios nos enseniaran.
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